A muchos se nos cae el mundo encima cuando, después de un inhumano esfuerzo, terminamos la carrera, superando asignaturas que considerábamos dificilísimas, y empezamos a mandar curriculums como quien echa monedas en una tragaperras.
Alguna vez tendremos suerte, y a lo mejor, nos convocan a una entrevista, nada más lejos de la realidad que, si somos tan afortunados de que fuera para algo relacionado con lo nuestro, nos daremos de golpe y porrazo con preguntas cuyas respuestas desconocemos, tipo:
¿Sabes lo que es la Responsabilidad Social Corporativa? ¿Sabes elaborar Memorias de Sostenibilidad? ¿Sabes calcular la huella de carbono de mi empresa? ¿Sabes lo que es la Global Reporting Initiative? ¿Has estudiado o tienes experiencia en el Dow Jones Sustaintability Index? ¿Sabrías implantar un Sistema Integrado de Gestión (Calidad, Medio Ambiente y PRL)? ¿En qué otras ISOs, además de la 14001, tienes experiencia y/o conocimientos? ¿Sabes hacer auditorías energéticas? ¿Podrías diseñar y calcular los KPI´s del departamento? ¿Sabes lo que es un cuadro de mando integral? ¿Sabes lo que es el Marcado CE para productos X y su regulación? ¿Sabes usar AUTOCAD?
Todo esto es lo que está de moda, y lo que se lleva a día de hoy en la empresa, y por tanto, lo que se pide a un perfil de Técnico en Medio Ambiente. ¿Podríais afirmar a ciencia cierta que sabéis hacer alguna de estas cosas nada más terminar la carrera incluso con una matrícula de honor?
Los más, sabréis un poco de qué va el tema. Pero ninguno “sabemos hacerlo” nada más terminar la carrera: no nos lo han enseñado (hablo de saber HACERLO, no de saber de qué va).
En el hipotético caso de que en la entrevista seamos capaces de “dar el pisto” al entrevistador y convencerle de que estamos puestisísimos y preparadísimos en todo esto que nos pregunta (porque al menos, nos suena y sabemos de qué va aunque no sepamos hacerlo), y nos cogen, pasaremos unos meses de sufrimiento infinito, estudiando más que en 2 años de la carrera, para salir al paso y llevar a cabo el trabajo. Pero, la mayoría de las veces, simplemente no nos cogerán para el puesto.
Sobre el grado de adaptación del grado en ambientales al mercado laboral, me guardo mi opinión. Pero, ante esta realidad, siendo proactivos, ¿qué podemos hacer?
Fácil: iniciarnos en la carrera de precarios.
Hay tres tipos de becas a las que podremos ir optando a lo largo de nuestra vida.
Becario tipo 0: prácticas en empresa. Estas prácticas se realizan mientras todavía estás estudiando, es decir, matriculado en un grado. Normalmente para optar a ellas suelen pedirte tener un porcentaje mínimo de créditos aprobados (variará según cada Universidad). Todas las universidades tienen un “departamento” llamado el COIE (Centro de Orientación e Información de Empleo) que es el que se encarga de establecer convenios con las empresas para este tipo de becas; no obstante, este proceso también se puede hacer al revés: que nosotros contactemos con la empresa, le propongamos ser sus esclavitos, haya feeling, hablamos con el COIE, les presentamos, y surge el amor en forma de Convenio. Un convenio que, aunque suena a algo super complejo, un proceso largo, negociaciones, papeleo; es simple y sencillamente un papel normalmente de una o dos caras que tiene que firmar la empresa y remitir a la Universidad; nombrando quién va a ser tu tutor y qué se te va a enseñar en la empresa, cuánto tiempo vas a estar y sueldo.
Dentro de las becas de tipo 0, a su vez, las hay de dos tipos.
- Prácticas curriculares: están incluidas dentro del “Plan de Estudios del Grado”, bien como asignatura transversal, o incluso obligatoria (según plan). Forma parte de tu formación para ser graduado y se te reconoce con créditos (obligatorios o transversales). Lo usual es que sean prácticas no remuneradas, y a tiempo parcial de tal forma que nos permita compaginarlo con otras asignaturas de la carrera. Para ejemplo un botón: las de nuestra facultad. También es otra manera para que, entidades, organismos y demás unidades de la administración pública (que son los que más pobres están) se ahorren mano de obra con la excusa de que, “encima que nos molestamos en formarlos” (que al final eso dependerá de que te toque un tutor o compañero majo o no).
- Prácticas extracurriculares: no incluidas en el “Plan de Estudios”; pero, en ocasiones (según qué universidades), convalidable por créditos de libre elección o transversales. No es obligatorio cursarlas. Las condiciones, parecidas: estar matriculado de alguna carrera con un porcentaje mínimo de créditos superados y el convenio con el COIE. Estas han sido las prácticas en empresa de toda la vida, y os puedo asegurar que hace no tanto, lo raro era que no fueran remuneradas; mejor o peor, siempre te pagaban algo. De estas se pueden encontrar muchas ofertas en portales de empleo en internet. Las distinguiréis por la palabra “becario” o “assistant” y porque en requisitos mínimos imprescindibles pone “posibilidad de establecer convenio con centro de estudios”.
Mi consejo, intentad que sean siempre remuneradas. El hecho de que os enseñen más u os enseñen menos no va a depender de si os vais a algún centro público de investigación (normalmente, becas no remuneradas- curriculares) o a alguna empresa (a veces, remuneradas-extracurriculares): creedme, conozco casos de gente que se ha pasado meses ignorada frente a una pantalla de ordenador sin que nadie le enseñara nada, matando el tiempo y en el mejor de los casos fotocopiando o archivando tanto en fundaciones públicas como en empresa privada. Lo que uno aprenda va a depender mucho de en qué departamento te toque y con qué tutor, y también de lo proactivo que uno sea.
No obstante, tened claro que con estas becas no cotizáis: ni para el paro, ni para la jubilación, ni para la sanidad. Os retienen un 5% en concepto de “seguro escolar” pero ya (en caso de que cobréis, claro). Además, las Universidades se cuidan muy mucho de limitar el número de meses máximo que podemos ser becarios: cumplidos esos meses, se acabó. Y cada vez son más estrictos y dan menos meses: por un lado, para que las empresas “no abusen” de nosotros (aunque nosotros nos matemos para que abusen de nosotros), y por otro, para que exista la mayor rotación de gente posible en las becas y el mayor número de alumnos pueda disfrutar de ellas.
Y por supuesto, no contéis con que os contraten al terminar, ni aunque de la casualidad que justo ese mes que se os termina la beca hayáis terminado la carrera. Eso sería la excepción, aunque antes sí pasaba (en la empresa donde yo entré de becaria de este tipo, había directivos que habían entrado en su día como becarios…; pero eso hoy es impensable).
Estas prácticas pueden suponer un esfuerzo muy grande. Muchas veces los horarios serán incompaginables con las clases. Otras, el lugar donde tenemos que ir a trabajar está muy lejos de nuestra casa y muy lejos de la Universidad e invertiremos infinitas horas en transporte público (y dinero). Y encima, estamos perdiendo dinero en transporte y tiempo gratis, porque no nos pagan.
Pero yo creo que, aun en el peor de los escenarios, siempre se aprende algo: aunque sea cómo funciona una empresa, o una fundación, o un instituto; cómo se organiza; qué herramientas se utilizan… Como primera toma de contacto con la empresa es fundamental.
Becario tipo 1: los llamados “becarios de introducción a la empresa”. Hay varias fundaciones que ofrecen este tipo de beca. Las condiciones suelen ser que no haga más de dos años que has acabado la carrera, y que nunca hayas trabajado en calidad de lo que eres (es decir, por ejemplo, que nunca hayas tenido un contrato donde pusiera que eras “Técnico Ambiental” o “Consultor Ambiental”, etc); aunque he de añadir que esto creo que no lo “miran”, sino que te hacen firmar una declaración jurada de que nunca has trabajado; pero vamos, que no te piden tu vida laboral (de momento).
Las fundaciones que yo conozco que realizan este tipo de becas son:
- Fundación Universidad-Empresa (FUE). A mi parecer, la que mejores becas tiene. Sus becas suelen durar en torno a un años, además, todas llevan incluido algún tipo de programa de formación en alguna universidad; te contratan un seguro de salud privado completo con adeslas; los sueldos no son lastimosos (en torno a 700 euros, es decir, por encima del sueldo mínimo interprofesional) y tienen acuerdos con empresas líderes y multinacionales. Con estas becas antes se cotizaba (para jubilación y para sanidad, no para paro). Desde el 1 de Octubre de 2012 la Tesorería de la Seguridad Social dio orden de que dejáramos de cotizar. Ea.
A su vez tienen varios tipos de beca:
START-UP: estas becas son para becarios tipo 0. Son becas de prácticas en empresa para estudiantes de grado. Suelen ser de jornada parcial.
GAIA: son becas en empresas fuera de España. El CIFF de la UAH está metido en la gestión de este tipo de becas; también tienen una formación de posgrado, además de las prácticas internacionales, a cargo de la UAH, pero con posibilidad de hacerla online.
OPTIMUS: la duración es de 12 meses (excepcionalmente prorrogable hasta 18). Lleva acompañada 160 horas de formación con un título propio de posgrado de la Universidad de Francisco de Vitoria, donde te enseñan Habilidades sociales, liderazgo, inglés, presentaciones eficaces, cómo hablar en público, historia… Vamos, conocimientos generales y sobre todo currículum blando. Haces la formación en dos módulos de 15 días; en los que dejas de ir a trabajar para ir a clase de 10 a 19 horas.
CITIUS: a mi opinión la mejor. Es como la Optimus sólo que la formación es continua: todas las semanas tienes que ir a clases algunas tardes a la Universidad Complutense (también te dan un título propio de posgrado), y te enseñan asignaturas más consistentes y relacionadas con la gestión empresarial (economía, auditoría, derecho, etc). Lo que ocurre es que es más duro, porque de que sales de trabajar, según tu horario, tienes que ir corriendo a clase al centro de Madrid.
- Fundación SEPI. En sus “Programas de Inserción Laboral para Jóvenes Titulados”. No hay unos tipos de becas con programas formativos asociados como en la FUE; sino que cada empresa plantea sus condiciones de beca. Sí que he observado que, siendo las becas muy diversas según la empresa que convoca, suelen tener una remuneración algo menor que las de la FUE, duran menos meses y no llevan asociada formación universitaria; el pro es que algunas de las multinacionales más potentes o quizá más interesantes o que más están trabajando en medio ambiente convocan becas a través de esta fundación (por ejemplo, Red Eléctrica de España, o Deloitte, Tragsa, Enresa…).
Becario tipo 2: dándole la vuelta al rizo, muchos de los másteres hoy en día llevan “anexadas” como ventaja para vendérnoslos, prácticas en empresa (muchas veces obligatorias, sobre todo para aquellos másteres fuera del entorno Universitario, más enfocados a la empresa, que ofrecen escuelas de negocio). A veces nos la dará la propia entidad del máster, otras nos tendremos que buscar nosotros las castañas (misma metodología que para tipo 0, convenio, llorar a las empresas y en páginas web de empleo también hay muchas ofertas). Normalmente, a nivel de máster, las prácticas sí que suelen estar remuneradas, pero como mucho, como pueden estarlo las becas de la FUE. Suelen tener una duración de 3 a 9 meses (según lo que dure el máster y, sobre todo, si te dejan cursas las prácticas mientras estudias el máster o tiene que ser una vez has finalizado, o si tienes que realizar a través de las prácticas el proyecto fin de máster; de si te dejan empezar las prácticas nada más empezar el máster o si tienen que pasar unos meses de clase antes de que puedas empezarlas, etc).
Echando cuentas...
6 meses de becario tipo 0 + 12 meses de becario tipo 1+ 6 meses de becario tipo 2 = ¡2 años de experiencia! (años cotizados = 0)
Así que ya sabéis: aquí el que no se deja explotar es porque no quiere.