lunes, noviembre 19

Otro turismo es posible- CALPE

Otra de las ideas que me rondaba la cabeza como objetivo "transgitudinal" a recuperar el blog y dar fuga a mis ansias de escribir era esta. La de el otro turismo; el turismo, no necesariamente ni siempre de naturaleza.
Puede ser en cualquier parte, incluso en una urbe bandera del turismo español castizo de Carmen y Manolo enarbolando la sombrilla a las 9 de la mañana para coger sitio.
Porque esos son mis recuerdos de Calpe cuando, allá por finales de los 80, principios de los 90, una típica familia de clase media del interior alquilaba un chalet o piso cercano a la línea de playa por 15 días y llevaba a su bebita junto con una barquita hinchable que llenaban de agua de mar, en la arena, entre chiringo y chiringo, y los paseos al atardecer helado en mano, literalmente, por los paseos marítimos custodiados por la playa con playistas en retirada a un lado y enormes edificios acristalados al otro.
¿Ha quedado pues, Calpe, condenada a ese monógama y endogámica alternativa de ocio?
Por lo que yo estoy descubriendo, no.

1. El peñón por arriba.
El peñón de Ifach impresiona. Semejante mole calcárea al borde del mar, lamida por él, es un Parque Natural declarado pocos días después de mi nacimiento. Las particularidades de flora y fauna que tienen y que lo hacen proteger no son ni visibles ni espectaculares para el no iniciado; pero, tanto su observación desde abajo (desde el puerto abrigado a su sombra), o por el paseo marítimo cortado al borde de sus paredes verticales pueden ser buenas opciones de paseo matutino a nivel del mar.

No obstante, pueden verse los cormoranes moñudos; que son pájaros negros alargados que suelen verse en las rocas en la costa, o buceando cerca de la misma pescando pececillos. Se llaman moñudos porque tienen como un moño de plumas en la cabeza, aunque se les ve claramente sólo en la época de celo. Diré que en las Islas Cíes (Galicia) en la charla de interpretación que te dan te hablan de ellos mucho como algo super especial y escaso; y en Calpe yo he visto unos cuantos ya.

Para los que les gusta subir unas cotas, se puede subir al peñón de dos formas:
a) Andando. Hay dos tramos claramente diferenciados. El de las familias, que sube el montecillo que antecede a lo que es la mole vertical calcárea; un paseo agradable y suave de subida, acondicionado que se hace en media hora, y donde se pueden ver las ruinas del antiguo poblado medieval de Ifach (iglesia incluida); y la "subida en serio", que comienza en un pasaje cavado a través de la roca cuando esta se interpone literalmente en forma de muro en el camino; a través del cual accedemos a la cara del peñón que da al mar, menos vertical, pero de camino no apto para todos los públicos: por lo estrecho, por lo abrupto, y por el desnivel; no en vano, los habitantes de la desaparecida Ifach lo usaban para refugiarse de piratas y otros ataques.

b) Escalando. Escalar aquí no es para aficionados. Las vías disponibles no baja ninguna de 6, y si hay algún V, son todos por encima de los 40 metros de longitud por lo que requiere grandes cordadas y saber hacer reuniones. Pero es habitual ver muchos escaladores subiendo el peñón entero (varios centenares de metros...)para luego bajar andando tan panchos por la subida que he descrito antes.
También es verdad que hay otra forma de bajar bastante más rápida.

2. El peñón por abajo.
Hay, pasado el puerto por detrás, nada más comenzar el paseo marítimo que intenta inútilmente rodear el peñón, una playa de piedras llamada el Racó, que aparentemente para mis padres en los 90 no sería ni mucho menos una playa candidata para pasar las mañanas de agosto. Todo piedra; chiquitita, bordeada por roca natural y espolón del puerto.
Pero esta playa es el lugar ideal para practicar "Snorkel", es decir, buceo con tubo. Poco profunda, con lecho de rocas; refugiada de las corrientes. Con las aguas claras pueden verse desde salmonetes removiendo el fondo, erizos, cangrejos de roca, quizá algún pulpo pequeño...
Pero donde váis a ver fauna de verdad es por debajo de los 3 metros. Pero para eso necesitáis un equipo autónomo y el curso de OPEN WATER DIVER de buceador recreativo.

Y da la casualidad que el lugar de toda España donde es más barato sacarse este curso es... tachán, la escuela de buceo de Dive & Dive de Calpe, justo en el puerto al pie del peñón. Ronda los 300 euros; es un curso de 4 días, con todo el material incluido, inmersión en piscina y 4 inmersiones en aguas abiertas.
Y creedme, además de barato, Calpe y el Peñón son el lugar ideal para aprender a bucear. Aguas tranquilas, apenas hay corrientes; el lado norte del Peñón, protegido por este, da para hacer inmersiones tranquilas independientemente de la climatología.
Las paredes verticales del peñón y los suelos roquedos y arcos naturales de caliza sumergida dan para ver diversidad de fauna y flora a profundidades inferiores a 20 metros: sargos, barracudas, nudibranquios, morenas, erijos, langostas, estrellas de mar, corales, pulpos, anémonas, sargos, salmonetes y dicen que incluso los esquivos peces luna.

Además puedes encontrar temperaturas de agua muy asequibles para principiantes (superiores a los 20ºC desde junio hasta noviembre!). Aunque en abril el agua tampoco está tan fría! (15ºC) y los cursos son si cabe más baratos.
Añadir, además, que el club de buceo te facilita alojamiento en un apartamento compartido durante la duración del curso de forma totalmente gratuita.
Desde luego el buceo recreativo es un deporte, y una aventura, muy apta para amantes de la naturaleza.

3. Las salinas de Ifach.
Para el no entrenado, sorprende (y para el entrenado también) encontrarte entre mole de edificio y mole de edificio una laguna tan amplia como esta (también sorprenden las ruinas y restos arqueológicos en la playa de Calpe...).

Como era de esperar, esta masa de agua no es un lago, ni una laguna, porque son de agua salada. Tampoco es un marjal (término para denominar lagunas de aguas saladas), porque su formación no ha sido del todo natural. Son antiguas salinas del siglo XIII, sino incluso anteriores, de la época romana. Por aquellas épocas en las que la única forma de conservar los alimentos (y más el pescado) era la sal, esta industria florecía en lugares como este y otros de la península. El mecanismo, sencillo, aprovechar la cercanía del mar para crear una depresión de tierra poco profunda donde echar agua salada (o dejar que se filtrara con ayuda de la pleamar) para, embalsarla y, dejando al sol actúar, evaporarla de tal forma que la sal quedara depositada en el fondo.

Abandonada esta actividad, queda un marjal artificial de aguas saladas (no tanto como el agua del mar) con un nivel más o menos constante gracias a los aportes de agua subterránea y de lluvia, tanto de las montañas como del propio mar,  donde las aves zancudas pueden campar y descansar mientras comen los bichitos color rojo que les dan su color y que solo viven en aguas salobres. Y creedme, a principios del otoño se pueden ver los flamencos pastando a una distancia más que agradable sin necesidad de salirse de la "acera".

Y, si después de haberos trepado el peñón por la pared, haber saltado de salto base, haber subido andando al peñón a observar el atardecer, haber nadado y buceado a pulmón en la playa del Racó, haberos sacado el curso de buceador recreativo y haber hecho inmersiones en los Arcos, la Higuera y haber descubierto la variada fauna marina del Peñón; de haber observado a los flamencos pasear majestuosos por las salinas o haber coincidido con algún cormorán moñudo en la lancha mientras íbais a alguna inmersión; si os sobran tiempo y ganas, aún hay gran cantidad de sendas temáticas que nos propone el propio ayuntamiento de Calpe.

Por supuesto, también podemos aprovechar para tomarnos un helado mientras damos un paseo por el paseo marítimo, o una cervecita en un chiringo un día de playa después de tomar el sol y darnos un baño.
Pero, para todos los demás meses del año, también se pueden hacer estas otras cosas.

jueves, noviembre 8

El Precio del Agua (y unas narices)

Estoy leyendo el número 12 de la Revista Ciudad Sostenible.
En mi trabajo, una buena iniciativa que tienen es que estamos suscritos a diferentes revistas referentes especializadas en los temas en los que trabajamos; calidad, medio ambiente, ingeniería, etc; lo que nos permite (si sacas tiempo para leérte todo lo que te llega) estar atentos de eventos, tendencias, iniciativas, hacer benchmarking (palabreja muy utilizada en el mundo para el vulgar "ver que hacen otras empresas para copiarnos").

Total que este mes el hilo central de la revista reza: "Agua y Ciudad: una relación muy mejorable".
Uno de los artículos está escrito en base a una mesa redonda que hacen con ¿expertos?, de lo que dicen. Se llama "agua y ciudad, queda mucho por hacer".

El Panel de Expertos está compuesto por:
Pez Gordo (agua... pez gordo... ¿lo pillas? jeje) o PG Aqualia
PG Acciona Agua
Fundación Nueva Cultura del Agua
Asociación Española de Operadores Públicos y Abastecimiento (AEOPAS),
Plataforma Tecnológica del Agua (PTEA)
Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento (AEAAS)
La responsable de medio ambiente de la OCU
Responsable de MA del Observatorio de Sostenibilidad en España (sito en la Universidad de Alcalá por cierto).
PG de IE Business School y Club de Innovación Urbana.

Preguntas que me surgen:
- ¿Y todas estas asociaciones? AEAAS AESSES AEOPAS OEA oe oe oe.... a) ¿Cómo se financian? b) ¿Por qué suenan tan parecidas? c) Se supone que representan al sector o parte "pública" de la mesa de debate pero, ¿si son asociaciones profesionales sus representantes no serán miembros a su vez de otras empresas del sector?
- ¿Y una escuela de negocios como IE Business School?

El artículo, entre muchas cosas más, viene a "criticar" la gestión del agua en España. Es paradójico porque todos ellos de una forma u otra son gestores del agua en España.
Dicen que el problema es que al final, la competencia del agua está transferida a las Comunidades Autónimas y, a última instancia, a los propios municipios: siendo los ayuntamientos amos y señores de la gestión y por tanto, del coste por m3 de agua.

Esto provoca, lo que ya sabemos, que cada ciudad y pueblo tenga precios distintos de agua, sin tener necesariamente que ver con el coste real de ese agua, a saber: obtención, potabilización, distribución, saneamiento y depuración y mantenimiento de todo este sarao.... (y ya ni hablamos de si quisiéramos imputarle otras externalidades en forma de coste como podrían ser impactos ambientales derivados de obra, etc).

También dice, y en esto es verdad, que la gente desconoce realmente "lo que vale el agua", ni en que subcostes se desglosa el precio unitario del agua, que bien es cierto que a) no se informa; pero b) no existe cultura de querer saberlo.

Esto es porque el agua ha venido siendo tratada como un derecho; no como un producto de consumo. Y ojo, que pienso que efectivamente es un derecho, pero también un producto de consumo. Y que al final sea las dos cosas no es sostenible.

Con lo del asunto de la diversidad de precios y formas de gestionar el agua según los ayuntamientos propone la creación de un agente "supra-autonómico" que gestione el agua en España. Algo así como el Organismo de Parques Naturales, se me ocurre, por ejemplo.

Luego, les preguntan sobre su opinión con respecto a qué es más eficiente: un modelo de gestión pública del agua en el municipio o uno privado. Como es obvio, ACCIONA, Aqualia y cía defienden el privado, y OSE y FNCA la gestión pública, con los siguientes argumentos:

- Según las NNUU el acceso al agua y a los servicios de mantenimiento son un bien universal.
- El sector del agua debe contar con la participación ciudadana efectiva en los órganos de decisión (cosa que no pasa si la gestión del agua del municipio es indirecta).

Otro tema recurrente es que no se paga el precio real del agua. O lo que es lo mismo, que siempre estamos pagando menos de lo que cuesta y hay que encarecerla.
¿Siempre? No lo sé. Lo dudo. Pero claro, estas cosas varían según qué conceptos metas y cuales dejes deliberadamente fuera en tu cómputo de costes.

Por ejemplo, la polémica de que el agua de las desaladoras es muy cara en Murcia. No, señores, es que el agua del transvase Tajo segura es muy barata, porque en el precio del agua no se está computando lo que costó hacer la infraestructura del trasvase, ni lo que cuesta mantenerla, ni lo que les cuesta de pérdidas cada verano a los pueblos ribereños de Guadalajara cuando se quedan secos y allí no va ni el tato....

Hasta ahí estoy de acuerdo. Pero tampoco se puede afirmar, como hace la de la OCU, que "hasta hace no muchos años a algunas poblaciones no se les cobraba el agua. Se ha malcriado porque se le ha subvencionado y ahora le cuesta mucho entender el valor del agua y qué es lo que está pagando. Además, el sistema tarifario es tan anárquico que le es imposible saber qué es lo que le están cobrando por el agua." "los ciudadanos nos debemos hacer responsables de lo que gastarnos".

¿Que se nos ha malcriado? ¿Que nos hemos malacostumbado? ¿que debemos hacernos responsables de lo que gastamos?

En el fondo estoy en parte de acuerdo pero creo que la forma de expresarlo es desacertada porque, generaliza, y suena demasiado al manido discurso de "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". Es más, en el artículo comparan que mientras de media, en España, pagamos 1,39 €/m3; en Copenhague, pagan 4,54 €/m3; esto me recuerda al famoso anuncio del metro de madrid cuando subió las tarifas y presumía de ser el más barato de Europa, comparándolo con los precios de otras capitales europeas donde el nivel de vida (y el sueldo mínimo interprofesional) era mucho mayor que en España.

Mi opinión es que el agua es un derecho pero es un bien (que no un producto) finito. Y que tiene que ser un derecho para todos. Y que la tarifa debería ser escalonada: tirada de precio para los pequeños consumidores, para un rango de m3 que abarque lo que pueda consumir una familia de clase baja a media. Y que a partir de cierto volumen de m3 por encima de una media estudiada y consensuada con criterios ambientales (que no medioambientales), se grave el consumo con precios ya no equivalentes al coste real (computando costes ambientales y de infraestructuras) si no incluso lo suficientemente superiores como para que cubran la diferencia de precio (y costes) que se les está "regalando" a los pequeños consumidores.